Los nuevos MONPOTROLLESLa nueva forma de padecer los estertores del aislamiento es el contubernio entre popotrolles y monsetrolles haciendo vida parasitaria en el mentado Satachat.
Tras los últimos Baygonazos de bichitos y la desinfección interna en Entrollateprimero, los monsetrolles se quedaron sin espacio de expresión. Tampoco tienen rumbo fijo, porque el señor de las pelucas también sufre mengua en su hotelito solitario. La Malula y su Genovevo a duras penas sostienen el estandarte del gemberreo, pero en franco declive y deterioro, muy alejados de los mejores momentos que los monsetrolles tenían en un pasado reciente.
Las penurias de los vasallos del empelucado coinciden con el declive de otro personaje estrambótico, el famoso Popo, cuya caída se produjo debido a su propia tara mental.
El Popo y sus otras manifestaciones atávicas nunca pertenecieron a La Madriguera, eran huéspedes ocasionales que gracias a su fruición por fastidiar a los monsetrolles eran aceptados con recelo. Hubo varios encontronazos, como por ejemplo la vez que suspendieron a Plesman junto a otros foristas y el incidente de Osopopy, donde quedó demostrada la poca capacidad de sindéresis y la envidia de estos personajes estrambóticos. Todo llegó a su fin debido al escándalo que armó el Popo por el aneurisma de Heaven. El Popo tomó el asunto como algo de vida o muerte y comenzó su diarrea de teorías bufonescas. No aguantó el exceso de envidia, falta de atención, ridículo y boludez, terminando con la suspensión del Mandinga, la solicitud de baja de la Patachota y el auto destierro de Ewig a LDLF.
El encuentro entre los popotrolles y los monsetrolles se dio en el único sitio posible, por no decir el último reducto de vida que les quedaba, el Satachat. Ahí la manifestación ruso-Mandinga en un acto de rastrerismo puro expuso, con adulteración incluida, una serie de supuestas cartas comprometedoras que fueron las serpentinas en la fiesta de los monsetrolles.
Los que antes fueran enemigos irreconciliables, los que se publicaban supuestos datos íntimos, fotos, dedicatorias de Blogs alternos y demás formas de humillación, ahora se auto alaban, se dan palmadas y se embriagan del mismo vaso de hiel, mentiras y venganzas. En medio del paroxismo celebran la creación de nuevos bichitos y esperanzas para atacar La Madriguera. Esperanzas vacuas, porque en el fondo ellos saben que ya no tienen plataforma, se quedaron sin espacios; están marcados como indigentes digitales. Solo les queda la francachela del Satachat, un sitio despreciado donde todavía pueden expresarse y llorar…
¡JA!